La entrevista que hoy publica este diario con el lendakari Ibarretxe en víspera del decisivo encuentro que celebrará en la Moncloa con Zapatero pone de manifiesto el empecinamiento del mandatario vasco en ignorar las dificultades objetivas y subjetivas de su famoso plan soberanista que, en su segunda versión, le planteará a su interlocutor socialista. El primer plan de Ibarretxe fue rechazado por el Congreso en unas condiciones objetivas más favorables. Cuesta pensar que esta segunda versión tenga mejor suerte. Sin embargo, el lendakari desborda optimismo en esta entrevista, donde se declara convencido de que Zapatero no le podrá decir que no a su hoja de ruta. ¿Voluntarismo político ¿Simple estrategia negociadora ¿Alejamiento de la realidad.

Ibarretxe parte de un sofisma: si el PSOE, en sus conversaciones con el PNV y Batasuna durante la tregua de ETA, estaba dispuesto a hacer concesiones, ¿cómo se va a negar Zapatero a abordar esos mismos asuntos (reconocimiento territorial de Euskal Herria, creación de un órgano institucional común entre Euskadi y Navarra, referendo sobre el acuerdo...) con el presidente del País Vasco Bajo esta aparente lógica, oculta el contexto y el objetivo último de aquellas conversaciones, el abandono definitivo de las armas por parte de la banda, así como su resultado: no hubo acuerdo.

Ibarretxe ni siquiera está dispuesto a aparcar su plan hasta la desaparición de ETA. Así, la credibilidad del lendakari queda en entredicho al asegurar que se siente absolutamente acompañado por el PNV, cuando es conocido el desgarro interno del partido entre los defensores y los detractores de su polémico plan.