WQwuienes creen que la realidad supera a la ficción están de enhorabuena: Plasencia es la mejor prueba de esa tesis. Una tesis que se cumple para desgracia de los placentinos, que ya deben ser de los que más descreen en España de la labor de los políticos. Y es que lo que está ocurriendo en Plasencia es lo más contrario a la política: el triunfo de los intereses, las apetencias, incluso las manías, personales sobre los intereses vecinales. De esa degeneración de la acción política son responsables el PP y el PSOE. Porque la división electoral de la derecha se debe a desencuentros personales de sus representantes más conspicuos: el enfrentamiento entre José Luis Díaz y Bernáldez antes de las elecciones y que supuso la candidatura de Victoria Domínguez ; y de Díaz y Raquel Puertas , cuando ésta abandonó el partido con el que pidió el voto a los cinco días de salir elegida. Y ahora la crisis del PSOE, que se expresa en la salida de Regidor de la corporación y de Pérez Camisón del partido con el que pidió el voto, en un viaje paralelo al de Puertas, tiene también su origen en rencillas personales, a las que no son ajenos los hombres fuertes de la agrupación local, Alvarez y Dillana , enemigo el uno y padrino el otro de la alcaldesa. ¿Dónde queda en este panorama la gestión de la ciudad?