Abiertas están las hostilidades en el centro derecha, entre el PP y lo que Podemos denomina la marca blanca popular. Los expertos lo atribuyen al inesperado avistamiento de posibilidades reales de gobernar que la poco celebrada victoria catalana ha inyectado en Ciudadanos. Incluso se habla de fuga sumergida, lenta y progresiva de pretendientes a futuros cargos desde las filas azules a las naranjas. Muy contentos no parecen estar unos con otros y andan lanzándose acusaciones hirientes, ya antes, pero sobre todo desde el discurso escocido que le dedicó Albiol a quien en ese momento debió enaltecer como heroica vencedora y no como rival que le acababa de propinar una derrota humillante.

Si los populares catalanes no hubieran mostrado tal amargura y hubieran lanzado al vuelo su alegría de estado por el hecho sin precedentes de que por fin un partido constitucionalista había quedado el primero, sí el primero, frente a los herederos de Pujol y golpistas confesos o no, tal vez el clima del parlament, pero sobre todo del parlamento, sería muy otro. Y aunque los independistas andan en sus propios desencuentros, una de las pocas cosas gratificantes que les depara la actualidad son esos ladridos retadores y amenazantes que se prodigan día sí y día también sus adversarios constitucionalistas.

¿No tendrán ambos un asesor que les avise de que sus mutuos ladridos en nada les van a beneficiar? Dejen de amenazarse o increparse y pónganse de acuerdo. Saquen lección de la inquina manifestada por el señor Ortuzar en entrevista radiofónica donde dedicó los peores improperios a Rivera motejándole de peligro inmenso. Efectivamente, el nacionalismo está más nervioso todavía con los naranjas que la derecha tradicional. Y no duda en llamarlos populistas y berlusconis. Y para esta nada experta observadora esa es la gran razón de su éxito. Su falta de complejos contra los que llevan toda la historia de la democracia socavando la unidad de España y la igualdad entre regiones. Y siguen haciéndolo porque el partido de turno en el poder se lo permite.