XPxroteger la dignidad humana es proteger cada una de las capacidades del ser humano, de manera que permitamos que no sólo sea posible desplegar dichas capacidades, sino que puedan alcanzar el nivel más elevado de desarrollo. En este sentido proteger la dignidad humana supone el proyecto de dignificar la vida del ser humano, de hacerla más digna para permitir a cada uno desarrollar su vida en plenitud. Esto supone que nadie es ni más ni menos que otro ser humano, porque nuestra dignidad es igual. La protección de la dignidad humana debe hacerse de manera que la protección no ponga a los demás en situaciones de indignidad o dependencia. Es necesario evolucionar y no limitarnos a la mera protección, sino pasar a promocionar la dignidad humana.

Hace ahora 140 años, un ciudadano suizo imaginó que sería de gran utilidad que los países del mundo pudieran contar con grupos de voluntarios adiestrados para poder aliviar el sufrimiento de las personas más vulnerables en situación de necesidad por causa de la guerra, catástrofes o cualquier otra situación en la que la dignidad humana se viera amenazada. Este fue el origen del movimiento internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna, una organización de voluntarios que está presente en 181 países de todo el mundo, con 97 millones de colaboradores y que hoy, 8 de mayo, celebra su Día Mundial con un lema que está de plena actualidad desde sus orígenes: proteger la dignidad humana.

En los lugares más remotos, donde hay dolor y sufrimiento, llevamos ayuda para aliviarlos. Donde hay discordia y desesperación, restablecemos la esperanza. Luchamos contra la injusticia, la discriminación, la intolerancia y el odio, y abogamos en favor de las personas vulnerables, marginadas y olvidadas. Cada año, nuestros esfuerzos de sensibilización y nuestras acciones benefician a millones de personas.

También en nuestro entorno más cercano, en Extremadura, Cruz Roja, con 130 años de existencia, trata de aportar cada día su humilde colaboración para aliviar la suerte de las personas mayores, de los drogodependientes, de las personas privadas de libertad, de los inmigrantes, de las mujeres con dificultades sociales, de los niños y jóvenes, de las personas con discapacidad, de los que sufren accidentes... Y lo hacemos gracias a la entrega y dedicación de nuestros más de 4.000 voluntarios distribuidos en nuestros pueblos y ciudades a través de las asambleas locales.

Una labor, la de los voluntarios, que a su vez, no sería posible sin el apoyo que nos brindan los 14.000 socios de la Cruz Roja en Extremadura que, con sus aportaciones, contribuyen sobremanera al sostenimiento económico de las actividades que desarrolla la institución. Igualmente no se puede obviar la colaboración de las administraciones, especialmente la Junta de Extremadura, las diputaciones provinciales y la inmensa mayoría de los ayuntamientos, a los que también nos debemos como auxiliares de los poderes públicos en su tarea de mitigar las desigualdades sociales. Es, por tanto, imprescindible que, en el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja del 2004, al igual que hace 140 años, recordemos que es absolutamente necesario proteger la dignidad humana. Quiero, por un lado, felicitar a los Voluntarios que, cada día y de forma desinteresada, hacen posible la Cruz Roja y la Media Luna Roja, así como a quienes nos apoyan; y por otro, invitar a todos a compartir este compromiso. Sólo así, como decía, conseguiremos realmente proteger la dignidad humana.

*Presidente autonómico de Cruz Roja Española en Extremadura