El próximo 27 de mayo se someterán los candidatos de los diferentes partidos políticos a la prueba del algodón de la credibilidad de la gestión municipal y autonómica de la diferentes comunidades de España. Desde hace varios años, venía analizando un tema al que no le encontraba una explicación: no me cuadraba que un candidato de una formación política, ganara una y otra vez las elecciones por mayorías en una población y otros compañeros del mismo partido con un programa similar, no sacaban votos ni para estar con dignidad en la oposición.

En los primeros años pensaba que este fenómeno podía deberse a la imagen física de los candidatos, a que los triunfadores fueran altos, rubios y guapos, pero esta preocupación sólo me duró hasta que descubrí que el alcalde de Getafe, donde vivo, ni es alto, ni rubio ni tampoco es un galán de cine, pero sin embargo lleva 20 años gobernando esta ciudad y, según la última encuesta de algunos periódicos locales, los que le quedarán todavía que seguir gobernando.

No sólo tomé como prueba para este análisis el caso del alcalde de Getafe, sino también el del pueblo extremeño de Alburquerque donde nací. Este otro alcalde, aunque es alto y bien parecido, también tiene el pequeño defecto de ser un poco calvo y aunque lleva solo gobernando 12 años, también tiene en su haber el récord de ser el alcalde más votado de toda Extremadura en las dos últimas legislatura. Extendiéndome un poco más por nuestra geografía tenemos a Rosa Aguilar, de IU, en Córdoba, que lleva varias legislaturas como alcaldesa y si no me equivoco a Teófila Martínez, del PP, en Cádiz, que también lleva varios años como regidora de esta ciudad.

Después de esta observación de cuatro alcaldes o alcaldesas de varias poblaciones y comunidades distintas, me di cuanta que no era el físico ni tampoco la ideología del candidato la principal causa de sus victorias, aunque se suele votar también por esta causa, pero lo que más se valora de los políticos es la gestión de su trabajo para conseguir infraestructuras y servicios a disposición sus ciudadanos. Esto tiene un valor añadido muy importante para seguir ganando elecciones y seguir gobernando ciudades y comunidades.

Joaquín García Mayo **

Getafe