Vejez es veteranía. Experiencia, competencia, preparación, seguramente, en algo determinado.

Vejez es ser viejo, pero no siempre.

Joven, tampoco.

Se dice con pasión viejos padres, antiguos amores, ancianos amigos. Lejanas energías gastadas, existencias vividas, que a ráfagas el viento furioso, el aire o la brisa suavizan con sus recuerdos la piel rugosa y replegada.

Querida vejez difícil de querer, pero ¿no fue así, en general, esas embestidas de esas épocas? Tan erizadas como equivocadas, eran.

Empecinados en entretejernos y entrelazarnos, y ensimismarnos, envejeceremos, huéspedes de la luna, del sol, del frío y el calor intenso, sublimado, subsistiendo sobre la tierra.