XExl preacuerdo al que han llegado las organizaciones sindicales y la Administración educativa extremeña es positivo y abre las puertas a la implicación del profesorado. Este acuerdo no es sólo satisfactorio en cuanto a sus contenidos, como la mejora en las condiciones laborales de los profesionales de la educación, sino que además es importante porque la aplicación y el desarrollo de estas medidas se harán contando con la participación de la comunidad educativa.

La mejora retributiva era esperada por el profesorado y no se hubiera entendido que esta fuera exigua o que se le pidieran nuevos esfuerzos sin este reconocimiento. Tampoco se habría entendido que negociaciones pendientes quedaran de lado.

El proceso negociador ha venido inspirado por tanto por unas premisas de partida, pero el hilo conductor tenía direcciones claras y consensuadas: es preciso mejorar la educación, mejorar los resultados escolares, adaptar el modelo educativo extremeño a la sociedad en la que vivimos, acometer los problemas del mundo de hoy. Para ello es preciso reconocer la labor del profesorado y buscar su implicación. Porque parece evidente que si el profesorado no lidera los procesos educativos y no se consigue la implicación necesaria difícilmente van a ser fructíferas las leyes educativas o las medidas administrativas.

El debate educativo, con los defectos que pueda haber tenido, y la interlocución con las organizaciones sindicales, ha servido para poner de manifiesto los principales problemas de la Educación extremeña y apuntar soluciones, pero además todo este proceso ha puesto de manifiesto la importancia que tiene el debate en la educación, contar con la opinión de los agentes que intervienen en la educación. Un proceso de participación tiene como resultado la orientación para la toma de decisiones en las medidas a adoptar, pero de nuevo, quiero resaltar, reabre nuevos procesos de participación; éste es para mí uno de los grandes hallazgos.

Valga como ejemplo uno de los aspectos señalados en el debate: la educación secundaria obligatoria reviste especiales dificultades, la adolescencia, los cambios culturales en el mundo de hoy o la extensión de la escolarización hasta los 16 años como enseñanza obligatoria. De ahí se han derivado medidas para mejorar la convivencia en los centros que van desde las normas marco a protocolos de intervención en caso de conflictos o mejoras en la responsabilidad civil.

Volviendo a los procesos, estas medias son abiertas y buscan la participación. No se plantean unas normas a seguir sino normas marco que orientan la intervención de los centros y que estos aprovecharán y adaptarán según sus necesidades en un proceso de participación.

Mi conclusión, que es el mensaje que me gustaría trasladar a los docentes extremeños, es que ahora tenemos medidas que mejoran las condiciones de trabajo, que mejoran la educación y que además tenemos la oportunidad de participar más activamente en uno de los ámbitos más importantes para una sociedad: la educación. En Extremadura, especialmente, es esencial redoblar los esfuerzos por parte de todos y todas, administración y ciudadanía, para potenciar esta importante palanca de desarrollo que supone la educación. Ciudadanos y ciudadanas más y mejor educados son la principal inversión para impulsar el necesario desarrollo de nuestra región.

*Secretario general dela Federación de Enseñanzade CCOO de Extremadura