XDxecíamos ayer: "El aumento de la esperanza de vida unido a la disminución de la natalidad en sociedades como la nuestra conlleva un envejecimiento de la población y, según se constata a nivel práctico, un aumento de los gastos sociales acarreados por la atención a las personas mayores y problemas de índole teórica y práctica en cuanto a dicha atención... urge hacer previsiones de futuro para que las medidas que se tomen no queden obsoletas en su período de gestación .

Nada fuera de lo normal, si no fuera porque desde tal ayer han pasado siete años. Lo anterior figura en las conclusiones de unas jornadas de auxiliares de geriátricos de octubre de 1997. En el ínterin se han creado marcos más teóricos que prácticos (el Plan de Acción para las Personas Mayores 2003-2007, del Ministerio de Trabajo, y el Plan de Atención a las Personas Mayores de Extremadura) abordando los problemas y dotando con bastante lentitud las acciones que las mismas administraciones se habían propuesto. Si ello es así en el terreno de las acciones, en el de las políticas de personal tal lentitud se convierte en parálisis en el caso de la Junta de Extremadura.

En los planes arriba reseñados y en la propuesta (sin contestación al día de hoy) realizada en 2004 por FSP-UGT se ahonda en la necesidad de adecuar, en número y cualificación, las plantillas a las necesidades, anticipándose a las previsiones demográficas. Para ello es imperativo cambiar las actuales ratios de personal, que son irreales al no contemplar la condición de trabajo a turnos. A lo exiguo de las plantillas se añade que cuando falta un trabajador por razones justificadas se retrasa la notificación, se niega la sustitución, se recurre a la buena voluntad del resto del personal para que se cambie turnos y renuncie a derechos adquiridos y, por tanto, se ahorra dinero a costa de los trabajadores y en detrimento del usuario. Ello provoca sobreesfuerzos que imposibilitan la conciliación familiar, implican una disponibilidad absoluta, generan problemas físicos y psíquicos y, a medio plazo, incrementan las bajas. En fin, se va fabricando una cada vez mayor bola de nieve cuya capacidad y peso pueden llegar a ser insostenibles. La consejería está orgullosa de que se vayan solucionando los problemas que surgen. Equivocan el rumbo. Y lo equivocan más cuando admiten que no está previsto un aumento significativo de personal en los presupuestos de 2005. Domina y se repite el ritual: cada año los centros acumulan centenas de días debidos a todos los estamentos por culpa de esa disponibilidad no reconocida; para paliarlo, se realizan contratos temporales con cargo a capítulos distintos al de personal; una vez terminados estos contratos, se reinicia el débito de días... y así hasta el infinito. La Consejería recurre a restrictivas interpretaciones sui generis de las normas (¿habremos de recordar que el único órgano de interpretación de un convenio es su Comisión Paritaria?), o hace de presuntas necesidades del servicio (en demasiadas ocasiones no documentadas) escudo de gestores para los cuales prima el no ser gastosos.

FSP-UGT lleva años exigiendo que se deje de mirar hacia otro lado cuando se habla de centros de veinticuatro horas. Llueven quejas de las residencias, y sólo ante la posible salida a prensa o el anuncio de alguna movilización se toman medidas, que son invariablemente más parche que solución. Se ha llegado a un punto en que la bola de nieve se halla en un tris de colapsar, y no valdrán paños calientes. De un cambio de actitud de la consejería depende la paz social en su entorno. Se ha pasado el tiempo de espera para unos profesionales desmotivados y desencantados.

*USP (Unión Sindical Profesional) de

Personal Sanitario de Administración

Autonómica. FSP-UGT Extremadura