Los últimos resultados parecen indicar que Roger Federer ha iniciado el camino hacia el declive. Su eliminación ayer, en Wimbledon, ante Tomas Berdych es sintomática, puesto que supone que el suizo no podrá disputar la final del torneo para él más querido, que ha ganado seis veces en los últimos siete años, perdiendo únicamente con Nadal en el 2008.