WUwno de los problemas de Plasencia son los ruidos. El servicio de documentación de este periódico da fe: guarda decenas de informaciones sobre el ruido, las protestas ciudadanas, las encuestas en que aparece el ruido como uno de los principales problemas, los conflictos que se suscitan entre vecinos y bares a causa de los ruidos, recogida de firmas, la última de las cuales esta misma semana... Un asunto, por tanto, de importancia vecinal. Un asunto que fue al último pleno porque el gobierno municipal anunció que elaboraría una ordenanza para prohibir los ruidos. Finalmente, no se aprobó porque la oposición entendió que esa iniciativa del equipo de gobierno no era más que una medida de maquillaje, habida cuenta de que la Policía Local no dispone de medidores para determinar cuándo se sobrepasan los niveles de ruido.

Luchar contra el ruido sin poder determinar, porque no se dispone de aparatos para ello, cuándo se rebasa o no el nivel establecido por la ley, y por tanto sin capacidad de sanción, parece sólo una medida voluntarista. No se concibe por qué el ayuntamiento no dispone de esos aparatos. Lo que cabe ahora, dado que entiende la necesidad, es exigírselos como paso previo a la elaboración de una ordenanza eficaz contra el ruido excesivo. Y después aplicarla.