TEtn pleno Año Jubilar Teresiano, por decisión del papa Francisco, y por cumplirse el 500 aniversario de su nacimiento, no me resisto a reivindicar la figura de santa Teresa de Jesús , como está haciendo el Festival de Teatro de Alcántara. Precisamente, tras medio milenio, su legado está más fresco que nunca gracias a los nuevos aires que invaden el Vaticano. Fue una mujer que en pleno siglo XVI supo sortear la contrarreforma y la Inquisición. Su secreto era que para establecer comunicación con Dios no hacían falta vicarios ni intermediarios. Expertos como Tomás García Yebra aseguran que su legado fue un gran sentido del humor y una forma de vivir la religión con alegría. Era una contestataria que fundó nada más y nada menos que diecisiete monasterios independientes del dinero de mecenas que pudieran condicionar la vida de los religiosos. La acusaron de histérica y epiléptica. De hecho todavía se considera que sus éxtasis místicos fueron fruto de esta patología. Pero es que esta mujer hizo las funciones de maestra de obras, aparejadora, administrativa y en cierta medida de directora de recursos humanos, ya que para seleccionar a las monjas empleó criterios de los actuales cazatalentos. Muchos la califican de verdadera 'anarquista espiritual'. No se equivocan quienes hablan así de la monja andariega. De esta Doctora de la Iglesia es muy conocida su faceta de escritora y el papel que desempeñó junto a otro abulense, san Juan de la Cruz es clave en la cultura de occidente. Que vuelva santa Teresa, la necesitamos. Refrán: Como las monjas de mi lugar: ni papel romper ni cuerda tirar.