La operación de rescate de los 33 mineros sepultados a más de 600 metros desde el 5 de agosto ha significado, además de un inequívoco mensaje de que la vida no tiene precio, una magnífica imagen de Chile como un país serio. Su presidente, Sebastián Piñera , merece capitalizar el éxito de sacar sanos y salvos a los mineros, puesto que desde que se atisbó una mínima posibilidad de sacarlos con vida apostó inequívocamente por ella.