Quiero decirle al nuevo presidente del Gobierno que soy centennial, que no estoy obligado a votar, pero soy un ciudadano que no asocia el voto con una fórmula de cambio por la poca credibilidad de lo que provenga del ámbito político de España. Mi voz representa a los centennials, pero también a la Generación K. El nombre procede de la película Los juegos del hambre, jóvenes que piensan que viven en una sociedad en permanente conflicto; un mundo violento, distópico e injusto ante el que deben reaccionar.

El éxito de la moción de censura me ha provocado una irresistible búsqueda de explicaciones y sentimientos de cómo documentaron la moción y cómo actuar desde el Gobierno para ser coherente con las razones que llevaron al proceso de cambio de presidente.

Me declaro ciudadano del mundo y soy de una generación tolerante que muestra su interés por la política a través de otros mecanismos políticos no convencionales, como son las manifestaciones, concentraciones o marchas de protesta. Mi generación no muestra desinterés, sino más bien una visión crítica sobre algunos elementos de la vida política. Lo único que le pido, por favor, es que tenga el honor de servir a España y aprender a defenderla..

transporte público

En el lugar del otro

Alba Hidalgo

Sant Andreu de la Barca

Cada día me desplazo en tren a mi lugar de trabajo. Llevo ya seis años utilizando el transporte público para llegar hasta mi destino laboral. Cada día a la misma hora, el mismo tren, unas caras ya conocidas, otras caras nuevas. Niños, personas mayores, jóvenes, adultos...Todos nosotros a punto para empezar el día y la rutina diaria. Algunos parecen más cansados y otros parece que lleven horas despiertos.

En cada vagón del tren hay unos asientos reservados para las personas mayores o las mujeres embarazadas. Yo nunca me siento en ellos, prefiero que queden libres y cuando llegue alguien que realmente lo necesite, pueda así sentarse. Me sabría muy mal no darme cuenta de que hay alguien ahí que necesita tomar asiento y no puede. Es una lástima que no todo el mundo piense así; cada día veo a mujeres embarazadas, a personas mayores con bastón o a gente joven con muletas viajando de pie, mirando hacia todas las direcciones por si encuentran asiento.

A veces me miran con cara de «No importa», otras miran enfadados a la persona que no les cede el asiento destinado a ese uso. Si voy sentada en cualquier asiento, siempre les cedo el sitio. Si voy de pie, les emito compasión con la mirada y, en alguna ocasión, me he atrevido a animar a levantarse a alguna persona en un asiento reservado.

Por favor, viajeros del transporte público, pónganse en el lugar del otro y empaticen, algún día pueden encontrarse en esa situación. Sé que son las ocho de la mañana y es muy cómodo estar sentado, pero es necesario mostrar un gesto de compasión hacia el otro.

Tengo una enfermedad crónica que requiere de atención sanitaria permanente, lo que venía limitando mis viajes desde hace años ya que me veía obligada a suscribir seguros médicos que, en mi caso, suponían un coste demasiado elevado. Desde el año 2003 he tenido la oportunidad de viajar por toda Europa realizando unos sencillos trámites y he sido atendida de forma gratuita -o con pequeños sobrecostes- gracias a la TSE. Por una parte, indicar que se puede gestionar la solicitud en la web de la Seguridad Social y, por otro lado, te solventan todas las dudas e incidencias en la plataforma informativa.

He recibido asistencia en Francia, Alemania, Suiza y el Reino Unido; en todos los países he seguido las indicaciones y se me ha asignado un médico y centro de referencia para recibir mi tratamiento. En Suiza tuve que pagar ciertas cantidades que me reembolsaron en tres meses. Hay mucha desinformación sobre este documento que en los dos últimos años ha sido muy usado por estudiantes Erasmus y en viajes profesionales.