Si yo fuera un pequeño pescador senegalés al que una multinacional pesquera --pongamos española-- le ha vaciado el mar de pescado, ...debería buscarme otro modo de subsistencia. Si yo fuera un ciudadano de Guinea Ecuatorial al que le es imposible arrancar de su gobierno a un corrupto dictador que está siendo apalancado por empresas extranjeras y gobiernos ocupados por su seguridad energética , seguramente tendría que buscar otro país. Si yo fuera un somalí o un costamarfilense que en una guerra civil ha perdido a un padre por disparo de bala fabricada en España (en la actualidad primer exportador mundial de munición para armas ligeras a Africa Subsahariana), buscaría dónde refugiarme y empezar una nueva vida. Incluso, si yo fuera un indígena O´goni desplazado de su hogar (el Delta del Níger) por su propio gobierno en complicidad con una transnacional petrolera, para producir gas para --pongamos-- a los consumidores españoles, emigraría por lo menos a la capital y pincharía ilegalmente los oleoductos en busca de petrolero que vender. Entonces incluso, si fuera alguno de ellos y tuviera la oportunidad, consciente del oscuro futuro de mi familia, yo también me jugaría la vida en un patera. En una patera que --pongamos-- se dirigiera a tierras españolas. Aunque ni los españoles, ni sus empresas ni su Gobierno pudieran comprenderlo.

David Llistari i Bosch **

Correo electrónico

Coordinador del Observatorio de la Deudaen la Globalización (www.debtwatch.org )