La Consejería de Educación financiará el nuevo centro del colegio de educación especial Proa, lo cual constituye una novedad en este largo litigio que los padres de los alumnos mantienen con la administración. Hasta ahora, el plan previsto era que Caja Extremadura, que es la dueña de los terrenos del colegio, construiría uno nuevo en otro lugar y haría viviendas en el solar actual. Con los ingresos de las viviendas pagaría el nuevo centro. Esta operación ha resultado, a la postre, complicada por lo dilatada, lo cual ha llevado a la Junta a asumir el coste del nuevo centro.

Proa necesita una solución. En este sentido, la decisión de la Junta va por el buen camino, pero no resuelve las inquietudes de los padres, para quienes el colegio tendría que abandonar Aldea Moret. En este sentido, el gobierno regional debería haber anunciado, además de su intención de correr con los gastos, dónde se construiría. Y habérselo dicho directamente a los afectados para que se ponga punto final a las especulaciones. Administración, padres y profesores del centro tienen que esforzarse por lograr un punto de encuentro para que el ambiente no se deteriore más y para que no haya más demora en el proyecto. Porque la demora la pagan los alumnos, que son los más indefensos.