Este es el primer año que se imparte el módulo de restaurante y bar en el instituto de Valencia de Alcántara. Nos matriculamos 15 alumnos con la ilusión de conseguir la preparación suficiente para aspirar a un puesto de trabajo. Sabíamos que teníamos que esforzarnos, pero dado el paro que hay en esta comarca entre los jóvenes, quisimos aprovechar la salida que nos ofrecía la Junta de Extremadura.

Cuando comenzó el curso acababan de empezar las obras necesarias para impartir las prácticas y no teníamos ni aula designada para poder dar clase de teoría pero nos prometieron que todo estaría a punto, primero a finales de noviembre; después antes de las vacaciones de Navidad; a continuación en enero y por fin llegan los muebles y las máquinas pero, bendita burocracia, según el aparejador de la Junta las máquinas no se pueden montar porque faltan muebles, los enchufes no están bien puestos, etcétera. Según el fontanero, no ha hecho las cosas bien porque no le han dado los planos necesarios y seguido nos enteramos de que no tenemos apenas dinero para poder comprar productos necesarios para impartir las prácticas... El caso es que como siempre los que deben hacerlo no lo hacen y nadie les pide responsabilidad y los únicos perjudicados somos un grupo de jóvenes a los que unas personas que están en teoría a nuestro servicio y para ello les pagamos nos están tomando el pelo miserablemente.

Pedimos a la consejera de Educación que nos solucione el problema lo antes posible para seguir el curso de forma normal y si no es posible, que suspenda el módulo, pero que no nos siga engañando. Ya está bien de tanta propaganda sobre las ayudas a los jóvenes para que a la hora de la verdad todo se quede en eso. NURIA ROMERO HIDALGO. Valencia de Alcántara