De pequeño me habían enseñado, y en esto no ha variado el reglamento de la escuela, que la incidencia de casa al colegio la incidencia repercute en la familia y del colegio a casa la incidencia repercute en el colegio.

Hace varios años, que chicos y chicas de doce años en adelante tienen acceso al tabaco de liar y al porro, los que han acabado la docencia continúan por la noche y los que están en edad escolar lo hacen antes de las 8 de la mañana y a las 2 de la tarde.

Estos «niños» desconocen el peligro en que ponen en la institución que han salido de ella para fumar (familia, colegio) y se corre el riesgo de acusar a los padres y a los profesores que no saben educar a los niños, incluso podía ser demandada y entrar en juicio.

Sería conveniente que los profesores confiscaran el tabaco y tomar medidas junto los padres para evitar esto y llamar a los médicos para que les hablen y asesoren de los peligros del tabaquismo y las drogas.