TLta gloria del mundo es efímera. Así lo testimonian en estos días personajes tan turbios y distantes como Zelaya allá por Tegucigalpa o un más cercano y también turbio Saiz , espía de profesión y maestro del photoshop. Aferrarse al cargo considerándolo fuente de privilegios y no servicio a los ciudadanos suele provocar traumas en la caída del poderoso y un comprensible regocijo en los que la contemplan. Hay muchas maneras de irse. Algunos se van con rictus amargo y chulapo como Bermejo , otros manifiestamente aliviados como 7Solbes . Nuestra heroica ciudad ha asistido a la caída de su líder más mediático y pendenciero tras haber apurado un extensísimo catálogo de malos modos, sopapos al gobierno al que pertenecía, enfrentamientos insultantes con todos los partidos y faltas de respeto a la Institución de la que era teniente de alcalde. Hace meses escribí que Cáceres no se merecía un Ayuntamiento de chirigota y el señor Pavón en una de sus frases memorables bramó que ser comunista no es ser gilipollas. Alguien tendría que haberle dicho que tampoco es ser grosero, destemplado, voluble en sus decisiones políticas y desleal con quien le ha dado su confianza. Pavón ha sabido menospreciar por igual a Elena Nevado , Felipe Vela y la propia Carmen Heras . Como socio de gobierno su labor se ha traducido en dinamitar el tripartito, impedir la aprobación del PGM y protagonizar enfrentamientos a grito pelado hasta con el sursum corda. Como concejal de Cultura creo que ha trabajado mucho y bien. Tampoco entiendo cómo la alcaldesa -"esta mujer", dice Pavón con su respeto habitual- ha pospuesto tanto el actual golpe de timón. Y sobre todo, no era necesario contagiarse de los malos modos de su ahora enemigo. Muy profunda tenía que ser la herida para cortarle el teléfono y destituirle sin avisarle. Es lo que tiene aguantar tanto. En resumen: ¡Qué espectáculo, qué falta de decoro y qué atropello a la razón!