WAwyer se evitó una nueva tragedia como la del 11-M gracias al hallazgo de un artefacto casi listo para explotar en las vías del AVE de Madrid a Sevilla. Cabía pensar que la célula que ejecutó los atentados de Madrid, identificada y desmantelada con gran rapidez, no era la única preparada para provocar atentados. Tras esta inquietante confirmación, resulta lógico adoptar las medidas preventivas excepcionales que otros países desplegaron tras los ataques del 11-M.

El ministro del Interior, Angel Acebes, anuncia un plan de alerta que incluye, por primera vez en España, el despliegue del Ejército en labores de seguridad interna de forma extensiva. Se trata de una de sus funciones teóricas y puede asumirse con normalidad en las actuales circunstancias, cuando las fuerzas policiales son insuficientes para rastrear todo el territorio.

El atentado frustrado confirma que cada español está en el punto de mira desde que la red de Bin Laden lanzó su amenaza a todo Occidente y, particularmente, a los países cuyos gobiernos apoyaron la guerra de Irak. Es un paso más en su venganza de matar y crear miedo a un terror general que puede afectar a todas las personas en su vida ordinaria.