Casi nada le ha salido bien a la Federación Extremeña de Fútbol en su denodado y elogiable intento de organizar el segundo partido internacional de la historia de la selección autonómica. No debe ser sencillo, tratándose de estas fechas tan especiales, encontrar un equipo de relieve internacional, y más teniendo en cuenta que el montante total que podía gastarse en la organización era de 50.000 euros. Primero fue el impresentable plantón de China --qué gozoso era imaginar a millones de chinos siguiendo el amistoso desde sus casas-- y después las dudas respecto a si Perú podía aceptar la invitación debido a su suspensión temporal por parte de la FIFA. Ya se ha confirmado que finalmente será un combinado del país andino --mezcla de internacionales A y sub-20-- el que se mida hoy a los extremeños en el estadio Príncipe Felipe, en Cáceres.

Pese a todo, es obligatorio dejar al margen las vicisitudes de las últimas semanas y la entidad real del oponente para centrarse en un hecho objetivo: se ha impulsado una fiesta del fútbol a la que todos los extremeños, los inmigrantes peruanos y los aficionados al fútbol, en general, estamos invitados. Es una buena ocasión para reivindicar a nuestro estilo, sin estridencias, el orgullo de ser extremeño, de sentirse con los mismos derechos que cualquiera, pero sobre todo de pasar una buena tarde deportiva solo o en familia, ya sea en vivo o a través de la televisión autonómica.

Muchas veces se ha reclamado que la Liga española no debería interrumpirse en las fiestas navideñas para que los niños, que ahora tienen más tiempo, puedan acudir con mayor tranquilidad a los estadios, como ocurre en Inglaterra, donde incluso se multiplican las jornadas (ayer se celebró el denominado Boxing Day , en el que las familias acuden juntas a los estadios). Esta es una excelente ocasión para que padres e hijos disfruten juntos de un espectáculo con jugadores de Primera División que además posee casi intacto su carácter de novedad. Hace un año, el Nuevo Vivero de Badajoz registró una buena entrada para ver el Extremadura-Guinea. La cita de Cáceres no debe quedarse atrás, pese a que los días previos se hayan llenado de problemas en distintas direcciones.

Ni siquiera la baja final de Fernando Morientes, que no estará en la cita pese a los esfuerzos del seleccionador, Manolo Sánchez, debe restar atractivo a un encuentro, en cuyo palco sí estará Guillermo Fernández Vara. Sería estupendo que el partido internacional de Extremadura se convirtiese en una parada gozosa de cada fin de año, en una tradición que perdure en el tiempo.