Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Con este transcendental artículo comienza la Declaración Universal de Derechos Humanos que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 10 de diciembre de 1948. Además, dicha Asamblea pidió a todos los Países Miembros que publicaran el texto y que éste fuera "distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, sin distinción política de los países o de los territorios". El transcurso de tanto tiempo y la situación en la que se desenvuelven actualmente las relaciones humanas, marcadas por una globalización de las soluciones pero también de los problemas, viene a poner de manifiesto que la voluntad y cuantos esfuerzos han sido hechos para erradicar el grave delito y complejo problema social que supone la trata de seres humanos, no han sido ni son suficientes.

XES ESTE UNx lacerante problema que, lamentablemente, no se circunscribe a la explotación sexual de las personas --especialmente mujeres y niñas-- sino que afecta a millones de seres humanos en sectores económicos como la agricultura, la construcción o la industria manufacturera como ponen de manifiesto los últimos informes de la OIT. Por otro lado, el Tratado de la Unión Europea ya hace referencia explícita a la trata de seres humanos y a los delitos cometidos contra niños y niñas, siendo su Comisión quien desde 1996, ha realizado varios comunicados al respecto y elaborado una extensa legislación comunitaria cuyo desarrollo global y multidisciplinario tienen como objetivos la prevención de actividades delictivas; la mejora de la persecución criminal de los traficantes; y facilitar la protección de las víctimas.

Todos los países, en mayor o menor medida, se ven afectados por la trata de seres humanos. España, tanto por su situación geográfica como por su condición de país desarrollado, es uno de los países que se ve afectado por la trata de seres humanos al ser un territorio, no de origen, pero sí de tránsito y de destino de mujeres con fines de explotación sexual. Una explotación que, como toda trata de seres humanos, constituye una flagrante violación de los derechos humanos universales, que incluye abuso y explotación, que afecta a la integridad física y psíquica de las personas, a su seguridad, a su libertad y a su dignidad.

La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Igualdad y Empleo y su Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX) viene desarrollando, junto con la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX) y la Asociación de Mujeres Malvaluna, el Proyecto ASTERIA Plan de Atención a mujeres víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual . Este Proyecto, presentado en mayo de este año, toma como base los objetivos que se recogen en el Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual aprobado el 12 de diciembre del 2008 por el Consejo de Ministros del Gobierno de España y supone la lógica extensión de otras actuaciones como las campañas de sensibilización Serva Peregrina (contra la explotación sexual); el reciente Estudio del IMEX Tráfico y trata de mujeres en Extremadura (2008); las actuaciones de la Dirección General de Inclusión Social y Prestaciones con las personas inmigrantes o los servicios que prestan organismos como el 112.

El proyecto tiene tres áreas de trabajo: la atención integral a las víctimas con asesoramiento jurídico especializado, atención psicológica y protección; formación específica para el personal médico de atención primaria y servicios de urgencia, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, colegio de abogados, personal de los servicios sociales y otros colectivos; y acciones de sensibilización dirigidas a la población, asociaciones de mujeres, oficinas de igualdad del Instituto de la Mujer de Extremadura, servicios sociales de base, ayuntamientos y otras instituciones o entidades para promover actitudes de tolerancia cero contra los actos delictivos relacionados con la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

Coordinación de servicios y cooperación internacional son fundamentales pero no suficientes, de ahí que para atender a una tan necesaria como generalizada sensibilización social, la trata de seres humanos tenga en nuestro calendario una de esas fechas en las que nada hay que celebrar pero sí mucho que pensar sobre lo que nuestro compromiso individual y colectivo puede hacer: una firme tolerancia cero que haga más fácil el complicado camino hacia la erradicación de tan ancestral como doloroso problema de la humanidad.