El Congreso ha aprobado la reforma de la Ley Orgánica de Universidades que nos va a llevar a una Universidad radicalmente diferente a la que tenemos. Dentro de diez años, la Universidad española se parecerá a la actual como un huevo a una castaña. Ni los que saben de esto se ponen de acuerdo, pero todos están convencidos de que estamos dando un salto. Que sea o no en el vacío, lo veremos. Así, a primera vista, el enfermo no presenta buena cara. Lo digo consciente de que la Universidad tiene que cambiar radicalmente si queremos que sirva para algo y que un extraterrestre que analizara hoy nuestra Universidad española diría simplemente: peor, imposible .

Cada universidad --tenemos 74-- tendrá autonomía para organizarse como quiera; definir los títulos como le parezca mejor, dentro de unas plantillas por especialidades, aunque, en todo caso, se eliminan los de licenciado y diplomado, que se sustituyen por los Grados; podrá contratar a sus profesores, casi como quiera, porque desaparecen los exámenes comunes para acceder al cuerpo de catedráticos o profesores; ningún plan de estudio tendrá obligación de tener en común con sus homólogos del resto de España más de 60 créditos en materias básicas, es decir, casi nada; cada universidad definirá la carrera profesional de sus docentes como le venga en gana; seleccionará a sus alumnos como mejor estime, siempre que haya más demanda que oferta.

Se introduce la competencia entre las 74 universidades. Estupendo. ¿Se cerrarán las que sean malas o no rentables? ¿Quién las evaluará? ¿En qué se parecerá un médico formado en Cataluña a otro formado en Canarias? ¿Los antiguos ingenieros técnicos de Obras Públicas serán lo mismo que los ingenieros? ¿Podrá trabajar un arquitecto formado en Galicia en cualquier otra comunidad o tendrá que convalidar autonómicamente su título? No crean que es una broma: ya tenemos dieciocho carreras sanitarias diferentes --las 17 autonomías y Ceuta y Melilla--, así que podemos tener 74 modelos universitarios... opuestos. Estén atentos porque a lo mejor ya no podemos decir eso de peor, imposible .