No sé si una empresa convocaría un concurso entre directivos para votar la destitución del director general que les está haciendo ser la más rentable del sector, con unos beneficios que luego se pueden repartir dentro. Lo dudo, pero algo similar está haciendo el Partido Socialista Obrero Español en una demostración de democracia interna que en algunos casos rebasa los límites del sentido común y hasta la inteligencia.

Ayer empezó en el PSOE extremeño la precampaña de primarias, ahora lo que toca y hasta el 3 de julio es la recogida de avales por parte de Fernández Vara, Eva Pérez y Enrique Pérez, los tres precandidatos que han registrado por escrito su voluntad de concurrir. Se ha optado por un listón bajo, y solo es preciso aportar la firma de un dos por ciento de los afiliados, es decir apenas 200 firmas de entre las 10.200 posibles.

Es la primera vez que se celebran primarias en el PSOE regional, y hasta ahora los liderazgos de Rodríguez Ibarra y Fernández Vara si no eran incuestionables, al menos no se cuestionaban.

En este caso que nos va a entretener entre junio y julio, se va a dar la opción a los militantes de remover a la persona que fue elegida secretario general en 2012 en unas condiciones difíciles -tras sufrir frente a Monago la primera e histórica derrota socialista en Extremadura-, que aguantó el tirón y animado por Ibarra presentó una moción de censura contra el líder popular, que contribuyó, ganando en voto popular, a poner las cosas en su sitio dentro de la trayectoria electoral de la región.

Supongamos que a los socialistas extremeños les da por votar más a alguien de los Pérez, la exconsejera de Educación Eva Pérez, o a uno de los que reclaman la ‘patente’ del sanchismo en la región y portavoz de su plataforma Enrique Pérez; una ‘franquicia’ la del pedrismo en Extremadura por la que ambos, por cierto, tuvieron sus más y sus menos.

Pierde Vara y ¿qué pasa? El congreso regional del partido tendría que ratificar a la o el nuevo secretario general votado por las bases. ¿Con qué moral iba a gobernar Vara los dos años que quedan, cuánta munición supondría esto para Monago cara a las elecciones en 2019? Sin embargo, esa derrota del actual presidente de la Junta no pasa de ser, como todos saben, un supuesto teórico, endemoniado pero que a nadie conviene. Y el mismo caso podría darse en Valencia con un Ximo Puig que es de lo mejor que tiene el PSOE nacional.

Estamos más bien ante una recomposición del equilibrio de fuerzas y de poder dentro del PSOE extremeño donde está emergiendo con cierta fuerza una agrupación, la local de Cáceres, que ha tenido la suficiente para colocar bien a sus representantes en el reciente congreso federal, y que estaría auspiciando según algunas fuentes la candidatura de Eva Pérez.

Por añadidura, la fortaleza de esa agrupación, aún mayor tras la liquidación de la de Plasencia que fue disuelta y que no ha vuelto a ser ni sombra de lo que era, ha dejado el campo socialista provincial cacereño expedito para los de Vicente Valle, y ya se espera que el alcalde del Casar, Rafael Pacheco, haga frente para la secretaría provincial a Miguel Ángel Morales.

Como ir contra el aparato es un plus, y tal aparato estaría representado por Guillermo Fernández Vara, los otros dos aspirantes de las primarias se han declarado víctimas de él, a pesar de que en el congreso federal a la hora de meter compañeros en la ejecutiva y comité federal, se ha demostrado que aparato hay más que uno, y si en Extremadura el natural es la dirección regional, en Cáceres su agrupación local podría actuar como provincial.

En cualquier caso, nuevos tiempos para todos en la política, también para un PSOE extremeño más abierto que nunca, dentro de un panorama europeo donde las ‘marcas’ de la socialdemocracia tradicional están por los suelos, y cualquiera de sus líderes, cuestionado dentro, consigue fuera el apoyo popular para gobernar. Y la marca personal en la región se sabe quién la tiene.