Me van a disculpar el tono personal de este artículo, pero me siento aturullada. Porque, aunque a menudo escriba sobre política y a veces cometa la petulancia de creerme informada, reconozco que estoy a por uvas. El fenómeno no es nuevo, pues tampoco vi venir el ya legendario, aunque date solo de las europeas, momentazo Podemos. De su jefe sabía menos que de Ramoncín, al cual también le molaba ir a Intereconomía y no por eso me lo tomé nunca en serio. Y así me pilló su despegue. Sin noticia alguna de quién era el sujeto que llevaba su egocentrismo a sacar su cara en las papeletas. El caso es que arrasar, como se ha dicho, no arrasó, pero cosechó un buen éxito. Que de ninguna manera es agua pasada, sino muy corriente, a tenor de las encuestas que le dan ya como futuro vencedor. Luego le he contemplado más a menudo de lo que me hubiera gustado. Y a su estado mayor. Del que solo me gusta Carolina, igual porque es mujer. Que lo de la paridad, el nuevo partido de momento no lo practica.

Y digo que sigo a por uvas, porque tampoco sabía mucho del bombazo mediático, cuyo nombre, al parecer, no es Nicolás. Solo había leído, sin concederle importancia alguna, que la juez responsable del caso acordó su libertad provisional sin fianza y que no se explicaba cómo "con su mera palabrería" podía "acceder a las conferencias, lugares y actos a los que accedió sin alertar desde el inicio de su conducta a nadie". Según el médico forense, además, el muchacho posee "una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco".

O sea que en román paladino, "en el que suele el pueblo hablar a su vecino", está como una cabra. Y sin embargo, al tal, cuyos antiguos conocidos declaran que siempre fue un fantasma, lo llevan al plató. Y hasta el líder de la oposición baraja pedir explicaciones al gobierno. ¡Por las monumentales trolas de un orate!

Pues ¿qué quieren que les diga? Añoro aquellos tiempos en que las televisiones subían la audiencia con Antonia dell' Ate desgranando intimidades. A por uvas que está una. No entiendo ni cómo este periódico me deja seguir escribiendo.