Las declaraciones del presidente de la Junta y líder del PSOE extremeño ayer sobre la hipotética presentación de una moción de censura en el Ayuntamiento de Badajoz abren toda clase de especulaciones y provocan una cierta revolución política en Extremadura. Ya se sabe que el PP cuenta en Badajoz con 13 ediles y el PSOE con 9, por lo que esta iniciativa pasa por el apoyo de los 3 representantes de Podemos, cuestión que parece conseguida, y los otros 2 de Ciudadanos, posición ésta última sobre la que la dirección regional se ha mostrado en contra desde el principio. La postura de Guillermo Fernández Vara resulta en consecuencia baladí a priori por cuanto que la moción de censura sigue sin contar con el respaldo necesario. Sin embargo, supone un apoyo explícito a su líder municipal y mete más presión en el Consistorio pacense, lo que reabre una guerra que parecía concluida. Aunque la postura va a provocar una desestabilización política del Consistorio --y ahí el PP ha incidido en sus críticas sin faltarle razón--, no cabe duda de que el PSOE ha decidido cambiar de estrategia reforzando la unidad de acción del partido aunque ello se lleve por delante la posibilidad de entendimiento con el PP tanto a nivel local como regional.