TEtl accidente de tráfico ocurrido la semana pasada en las inmediaciones de Talavera la Real y que se saldó con la muerte de dos funcionarias de la Junta y una treintena de heridos, ha abierto un debate sobre las condiciones en que miles de personas deben trasladarse diariamente para trabajar.

Hace unos años hubo un anteproyecto de ley que contemplaba la posibilidad de que todo desempleado estaba obligado a aceptar cualquier oferta laboral en un radio de 50 kilómetros si no quería ver cómo desaparecía su prestación, y aunque no se llegó a fraguar, la precariedad y provisionalidad de los empleos hacen que cualquiera prefiera viajar antes que gastarse el sueldo en mudanzas y traslados. La realidad extremeña es que miles de personas suman un par de horas más a sus jornadas de trabajo en unos recorridos de ida y vuelta que no siempre son baratos ni exentos de peligros.

La capital autonómica es cada mañana el destino de miles de personas que se trasladan, fundamentalmente, desde otras ciudades importantes de la región. En Extremadura no existen los ferrocarriles de cercanías con los que cuentan en cualquier otra comunidad y los trenes regionales, renovados y apoyados desde la Junta de Extremadura, son utilizados literalmente por cuatro personas debido a que los precios y ventajas están mal publicitados, a que el transporte urbano en Badajoz no empieza hasta las 7 y en Cáceres no hay ni parada junto a la estación ferroviaria. Encontrar el puesto de trabajo al lado de casa no es fácil, poder llevar tu casa junto al trabajo es, a veces, imposible: Mientras tanto, todavía se pueden afinar más esfuerzos y coordinar más administraciones para que quienes viajan para trabajar lo hagan de forma ecológica, cómoda, barata y, sobre todo, segura.

*Profesor y activistade los Derechos Humanos