El vídeo que ha traído de cabeza a la Junta de Extremadura, a la Fiscalía de Badajoz, a los medios de comunicación durante los últimos días, y en el que se veía la paliza que le propinaba a un interno del centro de menores Marcelo Nessi uno de los vigilantes con la complicidad de otros tres ha resultado ser una versión incompleta de lo que ocurrió en esa institución el pasado 28 de julio. Así lo aseguró ayer el presidente de la Junta y así lo han asegurado a este diario los que han visto los minutos anteriores a la agresión, quienes afirman que el joven Ceferino Vázquez se encontraba fuertemente alterado, agresivo y que lanzó a los vigilantes sus chanclas.

¿Esa provocación da un vuelco a esta historia en que los vigilantes eran los malos y Vázquez el bueno? Al menos, amplía el campo de juicio. Porque ya no existe una "acción" de los agentes, como se deducía de la grabación; ahora estaríamos ante una "reacción" y, como señala Fernández Vara, tendrán que ser los tribunales los que determinen con exactitud la conducta de cada actor, partiendo de la base de que el Estado, y en este caso la representación del Estado la ostentan los cuatro vigilantes, siempre tiene que utilizar la fuerza de manera proporcionada. En este sentido, no está claro en las imágenes si los golpes que se lleva el interno son necesarios para reducir su agresividad. De lo que caben pocas dudas es de que la bofetada que recibe cuando está sentado y esposado con las manos a la espalda es un exceso.