A raíz de los trágicos acontecimientos de Barcelona, al igual que ya había sucedido con París, Niza, Madrid, Turquía, Siria...He recibido vídeos excesivamente explícitos donde se apreciaban los rostros de muchos heridos, fallecidos y mucha sangre, pidiendo, además, que lo difundiera. En el caso de Barcelona, es la primera vez (o la que más se ha notado), que los medios de comunicación fueron muy cuidadosos y respetuosos en la difusión de imágenes, y esa es la misma vía que debemos seguir todos los ciudadanos. Mucho más si cabe, cuando cualquier foto o dato que se suba a la red puede causar dificultades a las fuerzas de seguridad en su investigación. Circulan unos hashtags tipo #noalosmusulmanes en los que se hace una apología de la xenofobia y, lo curioso, es que han sido colgados por la propia organización terrorista ISIS para provocar reacciones que aíslen más a sus jóvenes. Hay que rechazar todas estas cadenas y no reenviarlas, ya que de hacerlo contribuimos a que este mundo sea cada vez más cruel, más difícil para la convivencia. No a las cadenas, no a los vídeos explícitos, no a las noticias deformadoras.

atentados

El caldo de cultivo del terrorismo

Venancio Rodríguez

Zaragoza

Hoy, como todos los días, he abierto el periódico y me he zambullido en él, como he estado haciendo todos estos días atrás. Tengo que destacar que me llamó mucho la atención el factor común entre los terroristas que actuaron en la rambla de Barcelona y también en Cambrils, entre los que destaco la edad tan joven de todos ellos, el hecho de que los hubiera radicalizado en conjunto un imán con un pasado sospechoso y que todos provenían de familias religiosas. Entre mí pensé en el poder de convicción de este imán y en el poco criterio de estos chicos. Pensé que, en líneas generales, la juventud tiene como cualidades el ímpetu, el optimismo, la energía física y mental, el entusiasmo, el idealismo, el romanticismo y las ganas de triunfar, entre muchas otras. Y como defectos: la impulsividad y la poca reflexión, la intolerancia, la inconsciencia, la terquedad de hacer lo que quieren y la rebeldía para transgredir normas.

Es bien cierto que las conductas son el resultado de muchos factores donde interviene no solamente la familia, sino también la comunidad y el Estado. Las carencias y privaciones materiales y emocionales, la falta de reconocimiento, de afecto, de guía y atención, las condiciones adversas del medio, las presiones e influencia de actores e instancias que incitan al individualismo, a la falta de empatía con el otro, a la viveza y a la indiferencia, entre muchas más, crean un entorno personal, familiar y social que actúa como un detonador que lleva a los jóvenes a utilizar la violencia como única alternativa injustificada para expresar su inconformidad, disentimiento o diferencia con esta sociedad que les rodea.

terrorismo

¿Valores o negocios?

Jordi Ruiz

Barcelona

Hace tiempo que Europa y España se arrastran hipócritamente bajo el miedo de no ofender a sus amigos árabes. Antes están los negocios que los valores sociales. Recuerdo el reciente viaje del Rey a Arabia Saudita, o la estrecha amistad entre ambas casas reales. Sabemos cuál es el origen de los grupos que siembran el terror tanto aquí como en los países árabes, sabemos quién financia el fanatismo desde hace años y los declaramos amigos, mientras discutimos la eficacia de la policía o si se ha de atrincherar toda una ciudad poniendo bolardos, y se acaba culpando de los atentados a los que decidieron no poner un macetero en una esquina. Ya está bien de mezquindad.