XRxastreando en los distintos pueblos de la historia, podríamos comprobar como casi todos tenían un profundo respeto hacia sus mayores, a quienes creían poseedores de valores y conocimientos especiales, necesarios para las jóvenes generaciones. Prehistóricos, egipcios, hebreos, griegos, romanos... todos presentan ejemplos de gran respeto por sus mayores. En la casa romana tenían el larario, donde se rendía culto a los antepasados. La clase anciana tenía antes un importante papel para la familia.

En nuestro país también teníamos más respeto a nuestros mayores. Veíamos en ellos muchos ejemplos a seguir; de todas formas, había más contacto y relación entre mayores y jóvenes. Podría haber algún tipo de discusión, es cierto, pero no es que se impusiera siempre la persona mayor, es que existían unos más profundos valores morales.

Con el retorno de la democracia y libertad a España vino una mejor forma de vivir, pero lo hizo también una pérdida (cada vez mayor) de valores morales. Y uno de los muchos que nos falta es, no el miedo o la servidumbre a los mayores, sino el respeto digno y la compresión. Parece que ya no queremos saber nada de ellos. Es más, si pueden estar, aunque solos, en casa y sin interrumpir nuestra moderna forma de vivir, mejor. Y con el cuento de que allí los cuidan mejor, los llevamos a algún asilo o residencia. Pueden estar mejor cuidados por personal especialista, pero les falta algo fundamental: el calor de la familia. El estado de algunos centros también daría para criticar, debido a pésimas situaciones por las que atraviesan algunas personas en su relación con el personal del centro. Tenemos que tener siempre en cuenta que han sido de ellos quienes nos formaron para la vida y prepararon esta bella tierra para nosotros, como es España, y muchas veces a costa de grandes sacrificios. Fueron ellos quienes, desde el momento de nuestro nacimiento se preocuparon para que no nos faltara nada.

Vino la guerra civil y se fueron a luchar: unos con la República, otros con Franco . Aunque todos fueron engañados, sólo pensaban en España. Y creo que el pueblo sencillo y llano no iba a tener culpa posterior en las barbaridades que se cometieron por ambos bandos. Sólo le preocupaba mantener un país digno para sus hijos. Aunque hubo necesidad de usar el mayor número de manos para subsistir, tampoco se olvidaron de intentar darnos una educación adecuada. ¡Cuánto sacrificio supuso para algunos padres! Pero creo que en general nos supieron inculcar una serie de valores morales.

Quisiera comentar dos sectores en relación con nuestros mayores:

Política: Los responsables de la política no consideran a los mayores de una manera franca; aprovechan el elevado porcentaje de este nivel de edad para sus intereses políticos; amenazan, en víspera de votaciones con el fantasma de la guerra civil; no hay verdaderos actos sociales para ellos, ¡si todo se reduce a comidas y viajes!; francamente, reciben pensiones bajas. Cuando los señores que les prometen el oro y el moro, viven elegantemente. A nivel local no se promocionan bien los hogares del pensionista. Dirigiéndome a nuestros mayores les diría estas palabras: ¡Animo! ¡Tenéis un gran poder! ¡No os ilusionéis con cantos de sirena! ¡Podéis, muy fácilmente decidir elecciones! La unión hace la fuerza. Os merecéis mucho. Lo habéis ganado honradamente con vuestro sudor y trabajo.

Jóvenes: Pensad que también llegaréis a mayores y querréis de vuestros descendientes lo que hoy ¡tenéis! Que considerar con vuestros mayores: respeto y compresión. Y que ellos también fueron jóvenes en su tiempo. Nuestros mayores se merecen mucho más de lo que le damos en los tiempos actuales.

*Maestro de EP Saucedilla