Lleva veinte días haciendo toda su vida en un dormitorio de cinco metros cuadrados y en un ruinoso baño porque el otro cuarto de la casa tiene el techo casi al descubierto desde la tromba de agua que también inundó Los Pitufos y se hace la comida en una cocina de butano plantada en el recibidor donde la humedad se deja sentir nada más entrar.

De suerte que el día en que se cayó la escayola del techo sobre el sofá, Carmen González no estaba allí sentada porque eran las doce de la mañana y había ido a casa de su vecina. A la vuelta le dio un ataque de nervios y con 73 años a sus espaldas y la única ayuda de sus vecinos se decidió a pedir auxilio al ayuntamiento.

"Como está sola --explicó la hija de la vecina-- fue mi marido al ayuntamiento y aquí estuvo la aparejadora, que dijo que esto no estaba para vivir". Pero hasta ayer el ayuntamiento no ha tomado cartas en el asunto después de que Canal Norte mostrara por televisión las condiciones de vida de esta mujer, viuda y con dos hijos, que vive sola en la casa donde invirtió hace doce años todos sus ahorros y ahora se le cae a cachos.

CERCA DE LOS VECINOS La alcaldesa mandó a su casa a la concejala de Barrios, Carmen Blázquez, que advirtió de que había tenido conocimiento del problema por la televisión. "Me dicen los técnicos que no hay peligro de derrumbe, pero está claro que no reúne las condiciones de habitabilidad y lo prioritario es sacar a la señora de aquí" y explicó que, como la casa es de su propiedad, el ayuntamiento le ha propuesto comprársela y buscarle un piso de alquiler cuya mensualidad se descontará del precio en que se valore el inmueble hasta que logre una vivienda social de la Junta.

"El ayuntamiento --añadió-- no puede regalar un alquiler y la Junta no le dará un piso si tiene otro" mientras la señora, sentada en un pollo de la calle en compañía de otro vecino, sólo pedía "que no me lleven lejos de aquí, que bien me portaré yo con mis vecinos cuando ellos se portan tan bien conmigo". La asociación de vecinos del Pilar, cuyo presidente, Juan Pablo Castiñeira, acompañó ayer a la concejala, será la intermediaria.

Mientras tanto, la mujer no dejaba de dar las gracias y rechazó la invitación de la concejala a gestionarle su ingreso en una residencia de mayores. "Mire usted, yo me valgo por mí misma y quiero mi casita, pero aquí me da ya miedo y no dejo de pensar que el día en que se cayó esto estaba yo en casa de Eusebia, que los vecinos no han parado de darme tilas".