Seguro que muchas veces han oído que aprender de forma divertida es la mejor manera. Pues eso es lo que tratan de inculcar desde Cruz Roja a un grupo de 50 chicos que llevan de campamento, por las mañanas, desde que se terminó el curso escolar. Este espacio educativo y saludable cumple ya cinco años para hacer más llevadero el verano a jóvenes que tienen o están en riesgo de exclusión social.

Para ello, Cruz Roja, en colaboración con la Junta de Extremadura, el ayuntamiento y numerosos colectivos y asociaciones, pone a disposición de los 50 jóvenes todo un verano cargado de actividades, excursiones y días de piscina. El objetivo no es otro que «ofrecer a todos estos chicos que están o que tienen riesgo de exclusión social un verano igual que el de cualquier otro joven, con sus salidas culturales a otros lugares, sus actividades de todo tipo y también sus mañanas de piscina», señalaba Nazaré Calle, coordinadora del campamento de Cruz Roja, que se lleva celebrando en el berrocal desde finales de junio y finaliza este viernes.

Todos los chicos llegan a las 9.30 horas y desayunan juntos. Después ya llegan todas las actividades que realizan, cada día diferentes, «que son de refuerzo educativo», pero eso sí «desde el punto de vista lúdico». Priman, por encima de todo, «las actividades basadas en el medio ambiente y los hábitos alimenticios y saludables», explicaba Nazaré.

Durante estos poco más de dos meses, los chicos han realizado todo tipo de actividades, desde talleres medioambientales el denominado ‘San Guarro’, «una actividad con pintura, para que vean todo lo contrario a lo que aquí enseñamos sobre limpieza y hábitos saludables, para que vieran el contraste», aseveraba la portavoz de los monitores.

Chicos de entre 4 y 14 años y 5 monitores, más los voluntarios de Cruz Roja, disfrutaron el jueves de la excursión más esperada, pues viajaron hasta el aquapark Lusiberia, donde estuvieron todo el día.