Primero, la junta de gobierno aprobó un requerimiento a la policía local para reforzar la vigilancia en el cumplimiento de los horarios de cierre y ruidos por parte de los locales de ocio nocturno y también en la vía pública. Ahora, el ayuntamiento ha decidido realizar de oficio mediciones de ruidos y vibraciones procedentes de establecimientos de la zona centro «al objeto de la tramitación del correspondiente expediente administrativo sancionador».

Así, por decreto de alcaldía, se han aprobado notificaciones a vecinos que residen junto a los establecimientos que más quejas vecinales han recibido, en las que les solicitan su autorización para realizar las mediciones de ruidos en el interior de sus casas.

El ayuntamiento quiere agilizar este trámite porque ha dado un plazo de 5 días a los residentes para que autoricen o no estas mediciones. En caso de permitirlas, deben manifestarlo por escrito y, en caso de no hacerlo, el ayuntamiento considerará que no dan el permiso necesario.

El ayuntamiento no concretó ayer las calles donde ha solicitado mediciones de ruidos y solo apuntó que corresponden a la ubicación de los establecimientos de los que se han recibido quejas.

En este sentido, la asociación vecinal Intramuros ha emitido un comunicado que fija actualmente cuatro zonas calientes y son la calle de los Quesos, Clavero, Patalón y Cartas. Según los testimonios de sus vecinos, en estas zonas se han producido incumplimientos de las normativas de ruidos y convivencia ciudadana durante los meses de julio y agosto, y se siguen produciendo porque el ayuntamiento continúa recibiendo quejas vecinales de hechos sucedidos la semana pasada. Hay vecinos que llevan nueve años llamando a la policía o remitiendo quejas.

La asociación volvió a registrar el lunes escritos en el ayuntamiento y la Junta de Extremadura en los que expone «incumplimiento de horarios, escándalos en la vía pública, instalación de altavoces en las puertas o ventanas de los locales sin autorización, utilización de espacios no autorizados, ruido insoportable que sobrepasaba con creces a los autorizados por la normativa y produciendo una contaminación medioambiental además de daños físicos y psíquicos, a las personas que sufren estos ruidos e impiden el descanso».

El colectivo pide también a la policía que «defienda y proteja» a los vecinos. «Ellos no llaman porque se les ocurre en la madrugada levantarse para llamar».