Un grupo organizado de delincuentes locales tiene en jaque a las policías Nacional y Local. Roban coches en la vía pública con los que se desplazan a municipios cercanos para dar los golpes, cuando no en Plasencia como la madrugada del miércoles en el estanco del Rosal de Ayala, y luego los dejan abandonados en cualquier parte hasta coger otro vehículo prestado y vuelta a empezar.

Son temerarios al volante como lo demuestra su embestida al coche policial en su huida o los poco más de diez minutos que tardaron en recorrer esa misma madrugada los veinte kilómetros que nos separan de Tejeda de Tiétar, donde acababan de robar otro estanco.

No superan los treinta años, son familia entre sí y audaces hasta el punto de que si el domingo robaron en Cañada Real el BMW con el que han perpetrado los últimos robos, días después su cabecilla se atrevió a pasearse por la ciudad al volante del mismo. Agentes de la Policía Local que lo detectaron lo persiguieron hasta que lo puso a tanta velocidad, trompos incluidos, que los policías en su Peugeot 306 no pudieron alcanzarlos. Fuentes policiales añadieron que el lunes también se saltaron un control de la Guardia Civil en Montehermoso.

El menor detenido por los locales tras huir del coche que embistió al vehículo policial ha sido puesto en libertad mientras la policía sigue la pista al clan de delincuentes locales con el que también está vinculado un segundo ladrón de coches que Comisaría ha puesto a disposición judicial por cuatro casos.

Mientras tanto, ha sido recuperado el último coche que robaron la madrugada del miércoles junto a Matías Montero tras abandonar el Opel Kadet que chocaron contra la policía en las proximidades del puente de San Lázaro. Las mismas fuentes confirmaron que los miembros de este clan ya han sido identificados y que las policías están estrechando el cerco. Se les atribuyen más robos y están considerados peligrosos para la seguridad ciudadana y vial. En ocasiones van a cara descubierta aunque no parece que vayan armados.