Discriminatoria, machista y ofensiva». Son algunos de los calificativos que ha recibido una sentencia del juzgado de Instrucción número 3 sobre una petición de modificación de la custodia de los hijos de un matrimonio divorciado hace cinco años. Según Carmen Martín, miembro de la Asociación para la Igualdad de Género 8 de marzo, a lo largo del texto, la jueza aplica un trato diferente al padre que a la madre y realiza insinuaciones machistas. «Es discriminatoria de principio a fin», subraya.

La parte más polémica es una en la que la jueza señala que «el cuidado exclusivo que argumenta la demandada del hijo menor que no le permitiría incorporarse al mercado laboral, no le ha impedido (algo de todo punto positivo para cualquier ser humano y en absoluto criticable) haber rehecho su vida sentimental con una nueva pareja, que implica también una importante dedicación de tiempo y esfuerzo».

Para Martín, este párrafo es «ofensivo. ¿Qué está insinuando? ¿De qué la cataloga a la mujer?».

Uno de los hijos de la ya expareja necesita cuidados especiales y la mujer, que en el momento de dictarse la sentencia tenía 46 años, argumentó que el menor requería una dedicación exclusiva. Además, señaló que lleva 19 años sin trabajar.

Por todos estos condicionantes, Martín señala que «con más de 45 años, siendo mujer y con un hijo de necesidades especiales, no es nada fácil encontrar trabajo. La jueza da a entender que no tiene trabajo porque no le da la gana y el exmarido no recibe el mismo trato. Es discriminatoria porque a él no le dice que se forme y se busque un trabajo mejor».

Se refiere Martín a otro párrafo de la sentencia en la que la jueza argumenta para eliminar la pensión compensatoria -fijada a favor de la madre y por parte del padre en la sentencia de divorcio y al tener la madre la custodia de los hijos- la «escasa capacidad económica del actor, documentada por la averiguación patrimonial y las nóminas aportadas por su defensa». Porque de la mujer dice la jueza que, dada su edad y «el tiempo del que puede disponer para ocupar un trabajo siquiera a tiempo parcial, le es posible incorporarse al mecado laboral y mejorar su cualificación para dicho fin», pero al hombre no le da el mismo argumento.

Para la madre, que mantiene la custodia aunque la jueza la amplió para el padre, es una sentencia «denigrante, vejatoria, indignante y humillante» por sus términos. «Me parece injusta y no me gustaría que otras mujeres tuvieran que pasar por esto».