El comedor de Cáritas comenzó a funcionar en diciembre del año pasado para ayudar a los más afectados por la crisis y ha demostrado que era necesario porque solo en el 2009, sus voluntarias dieron más de 10.000 comidas y, en lo que va de año, se han superado ya las 5.000.

Su responsable, sor Julia Figueredo, destacaba ayer que "cuando empezó la crisis, subió mucho el número de personas que venían a comer y nosotros dimos respuesta a ese aumento, pero ahora, hay una mayor selección". Porque han descubierto que hay mucha picaresca y personas que solicitan una comida gratis cada día "y luego descubrimos que tienen un sueldo de mil euros y eso no puede ser, esto es para quien está en el paro o tiene que vivir con 300 euros y tiene hijos".

Así, actualmente, los voluntarios del comedor atienden a una media de sesenta familias al día. Una docena van cada día a sus instalaciones de la calle Sancho Polo para recoger la comida y llevársela a casa; unos 32, comen a diario en el comedor y otras 35 familias acuden cada mes "y les damos productos para que puedan consumirlos cada mes", explica Figueredo.

Ha sido tanta la demanda de este servicio de Cáritas, que la oenegé se vio obligada a ampliar la instalación con la que abrió inicialmente para tener más espacio. Pero además de un edificio, cuenta con un grupo de voluntarios, que colaboran a diario en la tarea de preparar, empaquetar y servir la comida. Además, otros colaboran con la oficina situada frente a la fachada lateral de Correos, en la que durante una hora al día de lunes a viernes, reciben a nuevas personas que quieren utilizar el comedor. Allí les piden la documentación que debe verificar su situación de desempleo y su falta de recursos.

Si algo llama la atención de este comedor social es que se mantiene "exclusivamente de los donativos que nos da la gente, por eso yo no me canso de decir que la gente es muy solidaria", subraya sor Julia Figueredo.

No obstante, a continuación pide que los donativos se mantengan porque "estamos dando un volumen de comidas muy grande a gente que lo necesita y no dejan de llegar porque la crisis va a peor".

Todo el que quiera colaborar puede hacerlo en las cuentas abiertas con el nombre del comedor social de Cáritas en Caja Extremadura, en Caja Madrid y en La Caixa. Tanto sor Julia como las voluntarias no dudan de que la solidaridad ciudadana se mantendrá y el comedor podrá seguir funcionando para atender a indigentes, desempleados y familias con hijos.