Después de permanecer durante más de 300 años cerrado al público y de innumerables disputas históricas por su apertura, el enlosado de la catedral abrió ayer oficialmente sus puertas. El obispado y el ayuntamiento lo han hecho posible gracias a un convenio de colaboración por el que cogestionarán la apertura del espacio durante cinco años.

El obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez, recordó ayer en la inauguración que ésta era una reivindicación histórica: "Cuando llegué hace más de dos años, me di cuenta de que era una aspiración de los placentinos y la solución estaba en el diálogo". Rodríguez siempre ha apostado por su apertura, ya que considera la catedral como "un lugar de culto, de pastoral, pero también de cultura", explicó y subrayó que "no hay un solo lugar donde esté tan bien ensamblada la catedral nueva y la vieja".

También destacó la negociación discreta entre el deán, Virgilio Vegazo, y la edil de Turismo, Raquel Puertas, para llegar a la firma del convenio, al igual que la alcaldesa, que mostró en todo momento su satisfacción: "Hoy es un día muy feliz que marca un antes y un después en este espacio" e invitó a visitarlo a placentinos y turistas.

Lo podrán hacer de lunes a domingo desde el interior del templo, dentro de la visita turística a la catedral por tres euros, o por la puerta próxima al postigo de Santa María, que será gratuita todos los días de la semana. Al acto de inauguración no faltaron los arquitectos, los Amigos de las Catedrales, responsables de la Iglesia, políticos, expertos, placentinos y el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís.