Comerciantes de la plaza de abastos y tiendas de la plaza Mayor y hosteleros participaron ayer en la manifestación convocada en contra de la peatonalización del centro. En torno a 150 personas se echaron a la calle provistas de pancartas y silbatos para insistir en su petición de libre acceso de vehículos con dos calles de entrada y dos de salida o de lo contrario vaticinan el cierre de muchos negocios.

Un total de 14 establecimientos, entre bares, tiendas y farmacias cerraron sus puertas a mediodía como apoyo a la protesta y los que no lo hicieron fueron increpados con gritos de "¡Fuera!, ¡Fuera!" por los manifestantes, entre los que se encontraban el presidente de la asociación de la plaza de abastos, Alfonso Llorente Sete , el de los hosteleros en la federación empresarial, Felipe Doncel, y el concejal de CCPL e industrial Paco Gil.

FRENO POLICIAL Tras dar varias vueltas a la plaza, la multitud se dirigió al ayuntamiento, pero no pudo pasar del zaguán porque varios policías locales y nacionales les impidieron el acceso. Aunque hubo momentos de tensión y nerviosismo, los manifestantes no pasaron de pedir a gritos y con cánticos la presencia de la alcaldesa y la dimisión de Raquel Puertas y Blas Raimundo.

Ante su insistencia, Elia Blanco aceptó recibir a dos representantes, Sete y Doncel, que salieron de la reunión decepcionados: "Nos ha dicho que creen que lo acertado es lo que están haciendo y que nosotros estamos confundidos, pero como cierren el centro, nosotros vamos a tener que ir cerrando cada semana un negocio", explicó Sete .

Pero si el gobierno local no dará marcha atrás, los comerciantes tampoco porque Sete anunció que su próxima medida de protesta será un encierro en el propio ayuntamiento, para el que aún no hay fecha prevista. Tras la fallida reunión, los manifestantes asistieron al pleno ordinario, donde no faltaron increpaciones a la alcaldesa por su defensa de la peatonalización del tipo "¡Vaya mentirosa!" o "¡Sinvergüenza!" y más policías, que no tuvieron que actuar.