Dejar los nuevos paseos del río libres para que paseantes o ciclistas puedan recorrer todos los kilómetros de las riberas, desde la ciudad hasta el entorno del embalse, sin interrupciones. Es la intención de la Confederación Hidrográfica del Tajo, cuya presidenta, Mercedes Gómez, ya ha advertido que se denunciará a todos los que corten el paso .

Es lo que ahora hacen algunos propietarios de fincas anexas a los nuevos paseos. Con el argumento de que el ganado de sus terrenos podría escaparse y llegar a los paseos, cierran sus fincas con un vallado que atraviesa los caminos e impide el paso. Lo ha podido comprobar la propia alcaldesa, que coincide con la presidenta de la Confederación en que hay que actuar porque se trata de caminos que son públicos y, por tanto, de paso libre.

Así, mientras por un lado la Confederación advierte con denunciar, su presidenta también ha anunciado que se obligará a los dueños de fincas a realizar un vallado perimetral de estas para que ninguna valla pueda atravesar los paseos como sucede ahora.

Otra medida que tomará este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino será la de instalar nuevos pasos canadienses, que evitan la salida del ganado de las fincas y por tanto, que puedan llegar a los paseos de las riberas del río.

Todo con el fin de garantizar el disfrute de los ciudadanos de un acondicionamiento cuya primera piedra se puso en mayo del año 2007 y que se ha dividido en dos fases. La primera consistió en habilitar una senda peatonal con dos tramos, en la margen izquierda desde el Cachón al puente de Adolfo Suárez y en la derecha, desde el puente Nuevo a la estación de tratamiento de agua potable. A la instalación de las farolas y mobiliario se sumaron 84 pesquiles y tres pequeñas pasarelas sobre arroyos.

Hay que añadir también las dos pasarelas peatonales, una de 53 metros que une el Cachón con San Juan y otra de 48 en la zona de La Vinosilla, exclusivas para peatones y bicicletas.

La primera fase incluyó también obras de mejora en la presa con una zona de esparcimiento en una superficie de nueve hectáreas; un camino perimetral; doce barbacoas con mesas y bancos de madera y tres fuentes de agua potable; plantación de césped y tareas de repoblación con chopos, madroños y otros.

Respecto a la segunda, que se acaba de inaugurar, consta de 14 kilómetros entre el puente de Adolfo Suárez y la pasarela de La Vinosilla y en el entorno de la presa y hasta diez kilómetros aguas arriba por la ladera izquierda.