"No es ni parecido hablar para un púbilco adulto que para estos chicos. Aquí buscas explicarles sobre literatura y arte, tratando de conectar con sus vidas y de que les sea ameno". Así resumió en una frase el autor madrileño José Ovejero sus intenciones acerca de la charla que daría sólo unos minutos más tarde frente a 150 alumnos de toda la ciudad, en el Instituto de Educación Secundaria Pérez Comendador, el pasado miércoles.

Comenzó con una valoración de Drácula , dirigida por Francis Ford Coppola, de donde extrajo la enseñanza sobre el amor destructivo. Paseó por la picaresca española, con menciones al Lazarillo de Tormes , y a El buscón , de Francisco de Quevedo, lo que le sirvió para resaltar una sociedad "donde los míseros se aplastan entre ellos". Finalizó su introducción con Los juegos del hambre , de Suzanne Collins, "un símil con lo que se os enseña a los jóvenes sobre que ser bueno no basta, hay que ser el mejor y destruir al contrario", criticó.

Para José Ovejero, el arte "no es escapismo, no tiene sentido evitar los dramas porque tengas problemas, como si fuera a solucionártelos no leerlos", explicó ante los alumnos. "Ese tipo de literatura es una cursilería, y un acto de conformismo", apostilló Ovejero, quien ha tocado desde los cuentos hasta la poesía, pasando por teatro y novela, y que, actualmente, dice sentirse "muy a gusto con el ensayo. Te obliga a ser riguroso y a la vez manterner el ritmo y la fuerza".

"Cuanto más tratas de acercarte a la realidad, más te alejas, y al revés", aseguró el autor de La comedia salvaje , quien confesó haber destruido gran parte de su obra anterior a que le publicaran un trabajo, y que ha recibido premios "en todas los géneros excepto en el cuento, que precisamente es lo que yo consideraba mi fuerte", un formato que lleva sin tocar "al menos diez años, porque la novela te permite ahondar más en la personalidad y las motivaciones de los personajes". Sin embargo, admitió que en sus novelas se aprecia su vena "cuentista", como él mismo la definió, porque "están hechas de pasajes extensos, que podrían ser cuentos, y que a veces no guardan toda la coherencia que deberían", admitió.