Ni pistolas de juguete, ni pitadas, ni concentraciones. Nada de lo que hagan los funcionarios municipales para protestar contra la postura del equipo de gobierno sobre la catalogación de puestos de trabajo hará al PP modificar su oferta porque "ya hemos llegado al tope de nuestras posibilidades y tenemos la firme convicción de que hemos sido generosos", según advirtió ayer el alcalde.

José Luis Díaz afirmó incluso que "hemos llegado un poquito más allá de lo que debíamos con el fin de evitar espectáculos poco edificantes", en alusión a la pitada de protesta que protagonizó el 30% de los funcionarios ante la puerta de la Alcaldía, a la que no pudieron acceder por la presencia de tres policías locales, con lo que optaron por dejar un cubo de alquitrán, y las pistolas de juguete, gorras, guantes, papel higiénico y una bolsa de basura con otros útiles de trabajo desfasados en el despacho de su secretaria.

CONCENTRACION EN LA PLAZA

Aún así, la protesta, en la que participaron los responsables de los tres sindicatos con representación municipal CCOO, UGT y CSI-CSIF y funcionarios de los distintos departamentos del ayuntamiento, fue escandalosa por el uso de silbatos, cornetas y los gritos de fuera, fuera y alcalde dimisión y terminó con el emplazamiento a la concentración que tendrá lugar hoy en el plaza a las 12.00 horas.

Mientras los sindicatos reprocharon al alcalde la presencia policial porque "nunca hemos agredido a trabajador ni concejal alguno", Díaz afirmó que "los sindicatos no pueden aceptar nuestra oferta porque tienen dificultades internas para repartir el dinero entre los distintos sectores del ayuntamiento", razón por la que además dijo que los sindicatos ocultan a los propios funcionarios la subida de 901.518 euros propuesta por el PP.