Tradición y fiesta. La Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Ciudad de Plasencia ha unido ambas cosas para celebrar la Noche de Antruejos y la festividad de San Fulgencio. Muchos placentinos se han querido sumar a los actos, a los que tampoco faltaron la alcaldesa y el obispo de Plasencia.

Las mujeres se volvieron a instalar en la plaza y repartieron migas, perrunillas y vino. Pese al frío, la directiva al completo estuvo llenando platos y vasos para las numerosas personas que se acercaron a la degustación. En total, circularon entre 90 y 100 kilos de perunillas (cedidas por Panakés e Inpansa), migas para 800 personas (elaboradas por La Caleta) y unos 128 litros de vino, que aportó La Pitarra del Gordo. El ayuntamiento se encargó del resto de los gastos, incluida una charanga que arrancó más de un baile. Además, voluntarios de Protección Civil se encargaron de organizar la cola de personas y la empresa de limpieza aportó varios contenedores.

La alcaldesa no quiso faltar a esta cita, que las amas de casa han aprovechado para volver a reivindicar que San Fulgencio sea día festivo. Blanco señaló: "No cerramos las puertas, pero habrá que valorar si es adecuado o no porque la ciudad tiene otras necesidades como la feria o el Martes Mayor".

El obispo se acercó

Por su parte, el obispo le restó importancia: "Si se descansa en la fiesta del patrón, mejor, pero si no, lo importante es que los ciudadanos estén celebrándolo". Es la primera vez se acerca a la degustación un obispo, que por la tarde presidió una misa solemne en la catedral.

Pero la fiesta comenzó el jueves con la Noche de Antruejos. Tras el pregón de la periodista María Matías, los participantes recorrieron la zona monumental con el grupo Chispa y los Amigos de la Capa. Después, hubo fogata y queimada.