Cuando el viernes se firme el acto de hermanamiento con la ciudad italiana de Piacenza habrán pasado nada más y nada menos que 23 años desde que se gestó la iniciativa municipal siendo alcalde Pepe Mariño y María Antonia Rivera concejala de Cultura. Pero será Elia María Blanco quien estampe su firma tras la maratoniana semana que ha traído a la delegación italiana por Plasencia y comarcas en la visita devuelta a la placentina.

Ayer fueron recibidos oficialmente en el ayuntamiento por Pablo Sánchez del Mazo, porque la alcaldesa se encuentra en Grecia como presidenta de Adesne, la agrupación de municipios de las sierras del norte, en reuniones de coordinación de proyectos europeos. Precisamente la posibilidad de concurrir juntos a convocatorias de Europa o realizar intercambios culturales y educativos se hallan entre los beneficios del hermanamiento con Piacenza, cuyos representantes tienen una apretada agenda por delante para conocer la realidad placentina y la de las comarcas.

El pasado histórico nos une a Piacenza, ciudad también amurallada, al igual que la abundante naturaleza que la rodea, pero es capital de provincia y tiene 101.000 habitantes. La concejala Manuela Brussini, con gran desparpajo en lengua castellana, se mostró encantada como María Antonia Rivera, muy emocionada, y un Pepe Mariño que demostró que quien tuvo oratoria, retuvo y abogó por la política del humanismo.