La policía local ocupó las dependencias de la nueva jefatura, ubicada en La Mazuela, en junio; las autoridades la inauguraron hace seis meses y ya presenta deficiencias en materia de seguridad. Lo denunció ayer el PP después de conocer el informe de la empresa encargada de la evaluación de riesgos laborales "que indica que la jefatura no cumple con los requisitos en materia de seguridad e higiene", subrayó el portavoz popular, Miguel Cantero.

Este culpa de las deficiencias a la concejala de Servicios Municipales, Carmen Blázquez, porque "todo lo que ocurre en dependencias municipales es responsabilidad suya". Según Cantero, fue Blázquez quien hizo público el informe en un comité de seguridad e higiene, "pero leyó las deficiencias de soslayo y dijo que son pequeñas deficiencias".

Pero Cantero advirtió de fallos tan graves como que los cristales de las ventanas de los calabozos "están por dentro y no por fuera, a quién se le ocurre", dado que cualquier preso podría autolesionarse y recordó que recientemente la policía tuvo que pedir prestado un extintor para apagar un fuego en un vehículo. También habló de fallos en el equipo electrógeno, que sería necesario si se va la luz y de problemas con las tuberías de gas. Tampoco cuenta la jefatura aún con la anunciada galería de tiro, que en su lugar "es ahora una sala vacía". En definitiva, Cantero señaló que faltan dependencias y "modernidades".

La oposición anunció que intentará hacerse con el informe de la empresa Fremap y aseguró además que en el comité de seguridad e higiene la concejala Carmen Blázquez "tiró balones fuera porque dijo que la culpa la tiene la diputación provincial" --que costeó la obra en un 85%-- y dispone de documentación sobre la jefatura.

También afirmó Cantero que la concejala hizo responsable en parte "a la policía local por las prisas en hacer el traslado desde el ayuntamiento", a lo que replicó el portavoz popular que "fue el ayuntamiento el que recepcionó la obra", que costó más de un millón de euros.