Rosario Sánchez-Ocaña tenía claro que existía un vacío en la ciudad y no dudó en liarse la manta a la cabeza para abrir un servicio de comidas, El Puchero de San Polo, situado en la Puerta de Coria, número 8. Tan sólo seis meses después de que se pusiera en marcha, la calidad de su cátering ha corrido de boca en boca y le ha valido el segundo premio a la mujer emprendedora.

Rosario justificó ayer su iniciativa porque "En Plasencia había un vacío, la mujer trabaja fuera de casa y la cocina lleva muchas horas, así que vi que hacía falta un cátering y me lancé".

Ahora da de comer entre semana a solteros, separados y matrimonios y los fines de semana a familias al completo, pero advierte de que le ha costado mucho tener este éxito: "Yo he luchado muchísimo, hay mucha burocracia y mucho papeleo para montar una empresa". Aún así, no se arrepiente porque "la cocina me ha gustado siempre y, aunque tengo muchísimo trabajo, me encanta lo que hago". Por esto anima a todas las mujeres a crear su propia empresa porque "da muchas satisfacciones".