Todos les conocemos, pertenecen a la ciudad y sus rincones, son parte del paisaje, aunque nos disguste, sabríamos dónde encontrarles: La Puerta del Sol, el aparcamiento del puente de Trujillo u otros lugares fácilmente identificables. Os preguntaréis de quiénes hablo, me refiero a los adictos y consumidores de drogas reconocidos y reconocibles por la policía y el resto de urbanitas, eso sí, visibles, esos que no tienen techo donde ocultarse y hacen de la calle su casa, el lugar donde pasar su vida, pues sus quehaceres tampoco les ocupan tiempo o espacio.

Porque luego, están los invisibles, que sí tienen techo, normalmente bastante bueno, aquellos a quienes sólo su círculo más cercano, incluso a veces ni eso, reconocen como tales. Quizá los que contribuyen en mayor medida a fomentar este negocio ilegal, cuya sombra habita el antiguo sexmo y alrededores. Son muchos.

Lamentablemente y aunque lo deseable fuera otra cosa, el mercado de estupefacientes que existe en la ciudad es grande. Además, como un matrimonio y en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza…, las comarcas aledañas contribuyen a abonar este vicio tanto como el luso país vecino.

Si te quedas observando pongamos, los alrededores de la rotonda Gutiérrez Mellado, percibirás el movimiento de individuos y/o coches en un ir y venir lento, casi imperceptible con un único y mismo fin.

Esta semana se ha dado a conocer la detención de once personas, de las cuales sólo una ha ingresado en prisión preventiva, tras una larga operación de la Policía Nacional denominada Línea que, desgraciadamente, será una costosa acción más que no logrará su erradicación…

El hedonismo, la búsqueda de formas de placer, siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Marco Aurelio abría las mañanas con una porción de opio. Así como sus antecesores en el trono usaban a diario triacas, un compuesto polifármaco de ingredientes distintos (en ocasiones más de 70) de origen vegetal, mineral o animal, usado desde el siglo III a. C. y considerado una panacea universal.

Adicciones hay tantas y tan diversas como podamos imaginar, las nuevas tecnologías dan prueba fehaciente de ello.

La forma es lo de menos, las drogas siempre han existido, existen y existirán porque, sencillamente, nos gustan.