A una sanción de entre 30.000 y 600.000 euros se enfrentan los establecimientos que vendan alcohol a menores. Es lo que tendrá que pagar el dueño del bar que presuntamente vendió el pasado sábado una botella de ron y otra de ginebra a un menor de 13 años que acabó con un coma etílico y tuvo que ser atendido por el 112.

La policía local continúa su investigación por los bares del entorno de San Miguel, donde los amigos del menor dijeron haber comprado el alcohol, y la alcaldesa quiso dejar claro ayer que "nos tomamos muy en serio la prohibición de vender alcohol a menores. No se puede servir ni permitir su consumo y existe una voluntad social de no permitirlo".