La policía local ha denunciado a 41 motoristas por no llevar puesto el casco reglamentario en lo que va de año, lo que está multado con 50 euros y está sirviendo de medida disuasoria para combatir la moda de circular en ciclomotor con la cabeza al descubierto, el casco colgado del manillar o simplemente guardado.

El control de ciclomotores suele concentrarse en los lugares próximos a los centros escolares y de ocio de los jóvenes con afán preventivo y se puede comprobar a simple vista que está resultado eficaz. Lo cierto es que se venían haciendo controles esporádicos de este tipo, pero estos dos meses se han intensificado.

A LA ESPERA DEL MEDIDOR La asignatura pendiente de estos controles sigue siendo la inexistencia de un aparato medidor de decibelios con el que la policía pueda inmovilizar los ciclomotores que causen ruidos por llevar trucado el tubo de escape. La edil de Tráfico, Josefa Pérez Camisón, reconoce que es un problema de contaminación acústica, pero que es muy costoso y está buscando qué institución se lo cede temporalmente.