Son la otra pata de la mesa de la zona azul, los cinco trabajadores que, de la noche a la mañana, han visto cómo, de tener un trabajo con cierta estabilidad, pueden pasar a perderlo, "y en plena Navidad, ya que llevan siete años, no podían haber esperado hasta enero".

En primer lugar, el sentimiento general es de indignación por la forma en que se han enterado de la eliminación de la zona azul y, por consiguiente, de su posibilidad de quedarse sin trabajo esta misma semana, "por los medios de comunicación". Pero además, sienten mucha incertidumbre porque la empresa no les ha manifestado qué va a pasar con ellos. "No sabemos nada, sin vamos a tener finiquito, liquidación, paro o si nos vamos con una mano delante y otra detrás, hay mucha confusión".

Recuerdan que tienen familia, hipoteca, hijos y que "siempre habíamos pensado que, si esta empresa dejaba de prestar el servicio, nos subrogaría la nueva empresa que se quedara, es lo que nos habían dicho. Pero ahora, pueden pasar meses o más de un año y dónde estaremos nosotros".

Señalan además que "este trabajo no es un regalo. Estamos muy expuestos y la gente nos critica mucho por las multas. Dónde vamos a pedir trabajo si muchos están resentidos porque les hemos multado".