El obispo placentino Cipriano Calderón Polo se convirtió ayer en el cuarto hijo predilecto de Plasencia, una distinción otorgada por la corporación municipal a petición de la alcaldesa, que acogió agradecido, emocionado y "con mucho orgullo".

Monseñor Calderón --obispo titular de Tagora, vicepresidente emérito de la Pontificia Comisión para América Latina y miembro de la curia romana-- recibió en un salón de plenos abarrotado por miembros de la Iglesia y la sociedad placentina y de manos de la alcaldesa Elia Blanco la medalla y el pergamino que lo distinguen como hijo predilecto. Así figurará ya en el libro de oro de la ciudad, junto al musicólogo Manuel García Matos, el médico Ricardo Escudero y el juez Marino Barbero.

Es pues, y como destacó ayer la alcaldesa, el primer hijo predilecto "dedicado a la Iglesia y a la humanidad y bien merecía esta distinción". De hecho, Blanco propuso su nombramiento por "su gran valía humana, su importante actividad dirigida a América Latina y su interés por llevar el nombre de Plasencia más allá de sus fronteras".

Elogios por los que Cipriano Calderón dio efusivamente las gracias, sin olvidar a su familia, su guía en su vocación --su tío y sacerdote Julián Polo-- y los obispos que ayer concelebraron con él una misa en el Salvador: el de Plasencia, Amadeo Rodríguez, el electo de Albacete, Ciriaco Benavente y el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz y amigo personal suyo, Antonio Montero.

PLACENTINO Y ROMANO Cipriano Calderón dijo sentirse "placentino y romano" y se enorgulleció de que "en todas partes donde he estado he lucido mi calidad de placentino".

53 años después de ser ordenado sacerdote y 17 desde que Juan Pablo II le ordenara obispo, Calderón dedicó la distinción "a la Iglesia, a la que todos los obispos y sacerdotes deberíamos dedicar todos los homenajes" y recordó el lema de la ciudad Ut placeat Deo et hominibus (para agradar a Dios y a los hombres) para animar a la ciudad a "seguir evangelizando y trabajar por la promoción de todos".

El lo hace ahora desde el Vaticano, pero como destacó el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez, sigue siendo un "placentino universal. Son pocos los extremeños que no ven o no buscan a Cipriano Calderón en el Vaticano y los que no conocen a Plasencia por él", subrayó. Amadeo Rodríguez también ensalzó su lealtad a la Iglesia y a los Papas a los que ha servido y dijo de él que "se ha convertido en el sucesor de todos los evangelizadores extremeños".