Dolor, rabia e impotencia. Eran ayer los sentimientos tanto de los familiares como de los vecinos de la fallecida por las dolorosas circunstancias de su muerte. En todos estaba ayer esta frase "Ojalá cojan pronto al culpable", aunque uno de sus hijos se lamentaba de que "sientes una gran impotencia por no poder hacer nada y también porque, aunque le cojan, pasará dos o tres años en la cárcel y después volverá a pasearse por las calles como si nada. Todo por la democracia que tenemos".

Lo decía a las puertas de la iglesia del Cristo de las Batallas, mientras esperaba la llegada del féretro de su madre junto a su hermano y otros familiares --entre ellos Pilar Manjón-- y también algunos vecinos que quisieron acompañarla en estos últimos momentos.

Todos tenían ayer buenas palabras para recordarla. "Era una mujer maravillosa, muy querida en el barrio", decían unos, mientras otros se preguntaban "por qué le ha pasado esto si ella no hacía mal a nadie". Es la pregunta que también se hace su familia: "Estas cosas piensas que solo se ven en la tele, que nunca te van a pasar a ti, hasta que pasa". Hallarán consuelo cuando el culpable esté en la cárcel.